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Antecedentes

El origen de la Facultad de Arquitectura puede encontrarse en el afán y deseo que la Universidad Autónoma de Nuevo León siempre ha tenido de llenar las necesidades creadas por el progreso, crecimiento y desarrollo de la cultura en Monterrey, en el estado de Nuevo León y en todo el norte de la República.

En 1946, mientras la Universidad estaba en franco período de integración, durante la rectoría del Dr. Enrique C. Livas, se inicia el proyecto para crear una nueva escuela que preparara profesionalmente a todas aquellas personas que estuvieran capacitadas y que aspiraran al estudio de la arquitectura, quienes anteriormente tenían la necesidad de trasladarse a la capital de la República o a las universidades norteamericanas para el desarrollo de su vocación.

Movidos por las consideraciones anteriores, el Director de la Facultad de Ingeniería, Ing. Manuel Martínez Carranza, en coordinación con la junta de profesores de dicha facultad, procedieron a agregar un curso de arquitectura a los estudios que impartía esa escuela.

Como acto inicial, se hizo un llamado especial a los señores Arquitectos Joaquín A. Mora y Lisandro Peña Jr., para que se encargaran de realizar un curso de orientación vocacional en el que participaron estudiantes de ingeniería y alumnos de las escuelas de bachilleres de la Universidad de Nuevo León.

En agosto de 1946, la Facultad de Ingeniería solicitó al Honorable Consejo Universitario su autorización para el funcionamiento del curso de Arquitectura adscrito a esa dependencia universitaria. El H. Consejo Universitario accedió a esa solicitud y se contó desde el principio con la más valiosa ayuda del Dr. Enrique C. Livas, Rector de nuestra casa de estudios. El 18 de septiembre del citado año, empezó a trabajar este curso bajo la jefatura del Arq. Joaquín A. Mora.

Fueron ocho los primeros maestros de la Facultad de Ingeniería Civil. Tres de ellos eran Arquitectos: Joaquín Antonio Mora Alvarado (†), acuarelista que incluso llegó a ser rector de la UANL; Lisandro Peña Flores (†), excelente acuarelista y también pianista de jazz; y Oswaldo Reyes.

Los fundadores dejaron una impronta de laboriosidad (los egresados de Arquitectura de la UANL tienen en la República fama de «chambeadores»), sentido estético (ellos eran artistas consumados) y compromiso por servir a la comunidad.

Los primeros alumnos de la Facultad (año escolar 1946 – 1947) fueron diez, y entre ellos solo había una mujer: Victoria Mares. Ocho de ellos fueron ilustres en la vida universitaria por motivos culturales. La población aumentó gradualmente hasta alcanzar en 2017 la cantidad de 3,470 alumnos en la carrera de Arquitectura. En Diseño Industrial comenzaron al rededor de 12 alumnos en 1977, en tronco común con Arquitectura, y hoy cuenta con una población de 1,640 alumnos.

La primera sede de Arquitectura (1946) fue el ala norte del edificio del Colegio Civil, que da a la calle Washington. Después ocupó una casona de la calle Padre Mier (ya derruida), entre Garibaldi y Cuauhtémoc. Hacia 1960, pasó a la calle de Matamoros, entre Zuazua y Dr. Coss, en donde hoy está el teatro de la Ciudad.

En 1962 inauguró su edificio actual, en la Ciudad Universitaria. El edificio inicial ha sido remodelado continuamente y su área aumentada con el edificio polivalente, dos edificios de laboratorios y talleres, uno de oficinas, aulas para Diseño Industrial, un edificio para el Centro de Innovación y Diseño y actualmente se esta construyendo un edificio de Posgrado en el área poniente de la Facultad de Arquitectura.


En el escudo de la Facultad se puede apreciar un símbolo mexica, este símbolo es el Calli, que significa “casa”. La casa era el recinto físico en donde se desarrollaba alguna actividad humana. Calli pertenece al calendario místico que utilizaban los mexicas, el tonalpohualli.

 

El Calli representa los singulares diseños de las casas que en estos pueblos antiguos había, también es un símbolo de protección y de transformación. En nuestro escudo simboliza los diseños de una construcción tan básica como lo es una casa, la protección que brinda la arquitectura en cualquier construcción y la transformación que ha tenido con el paso de los siglos.

El Pegaso es símbolo de los arquitectos desde el año de 1780, en que fue fundada la Academia Mexicana de San Carlos, primera escuela de arquitectura en el continente americano.

El Pegaso es un ser mitológico, que representa a un corcel alado. Según la mitología Griega, la historia del Pegaso se origina en un enfrentamiento entre Perseo y Medusa, en el cual la sangre que derramó en el suelo fértil Medusa al morir, nació Pegaso. Perseo utilizó el valor al enfrentar a Medusa, fue prudente al decidir no mirarla de frente, e inteligente, al verla mediante el reflejo de su escudo. Tres virtudes que hicieron posible que Pegaso naciera y por lo mismo, lo respetan.

Valores y características del Pegaso:

 

La Facultad de Arquitectura eligió al Pegaso como figura representativa desde 1946, año en que nuestra facultad fue fundada. Las virtudes que caracterizan al Pegaso: el valor, la prudencia e inteligencia, además, los valores: pertinencia, libertad, autonomía y respeto a la vida son los valores que la Facultad promueve en sus deportistas, en sus estudiantes y profesores.

En el jardín frontal ala oriente de nuestra facultad existe una escultura en bronce de un Pegaso, obra realizada por el Arq. Edmundo Ayarzagoitia Graham.

Esta obra llamada “Pegaso” es la figura de un corcel estilizado, elemento central, de una composición de tres, ya que la obra completa se compone de dos estructuras que representan las alas flanqueando a un corcel de bronce, cuyas medidas son de 216 cm x 350 cm.

 

La obra fue realizada gracias a la iniciativa que tuvo el Arq. Jaime Suárez Garza, quien por medio de una colecta de llaves, objetos de bronce y una inversión administrativa, recaudó el bronce necesario para que se realizara el cuerpo del corcel, (quedando pendiente las alas) para conmemorar los 50 años de fundación de la Facultad de Arquitectura en 1996.

 

La relación del Pegaso y la Facultad de Arquitectura

 

La figura del Pegaso se relaciona con nuestros estudiantes y egresados ya que es fruto de la imaginación del hombre, su naturaleza representa creatividad e inspiración, elementos necesarios para desarrollar el arte de la Arquitectura y el Diseño así como vitalidad y carácter, determinantes para desarrollar la técnica, vigor, libertad y determinación, partes esenciales de la Ciencia y el Humanismo, que sintetizan el quehacer del Arquitecto y del Diseñador Industrial.

Así mismo la fuerza y la nobleza de este ser, su originalidad, vitalidad, libertad, vigorosidad y belleza de éste, representan las cualidades de la formación integral que un estudiante recibe en nuestra facultad, por medio del programa académico, cultural y deportivo.

 

Los equipos representativos de la Facultad de Arquitectura, llevan orgullosamente el nombre de “Pegasos”. El Pegaso, es un ser que posee vitalidad y nobleza de un corcel, pero con la belleza, ligereza y elegancia que le da poseer alas.